TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Tranquilos que no voy a ofender la memoria del programa de humor que más he disfrutado en la vida: el creado por Roberto Gómez Bolaños.
La referencia al Chapulín Colorado aquí es porque definitivamente los que deberían de estar para salvarnos, el sistema judicial del país, hace muchos años que sus “antenitas de vinil” sólo les están sirviendo para detectar a los enemigos del pueblo y rescatarlos. Es completamente inútil esperar que en este país se generen leyes y se apliquen en contra de los delincuentes. Insisto en lo de, hace muchos años, porque no se trata de que sólo las actuales autoridades se están prestando para esto, sino que lo venimos viendo desde hace ya varias décadas. Es completamente inaudito seguir permitiendo que la politización de los entes que imparten justicia, estén completamente plegados a favor de los intereses, ni me atrevo a decirlo, de un partido político, porque la verdad es que están plegados a los intereses de alguno de los líderes que se cobija bajo la bandera de alguno de los institutos políticos del país.
Escuchando algunas declaraciones y justificaciones de algunos de estos señores y señoras, se me vino inmediatamente a la mente las reacciones que tenía el Chapulín Colorado cuando intentaba explicar un refrán o mencionarlo siquiera. Si se recuerdan bien, todo terminaba con su famosa frase: “la idea es esa”.
Pues sí, mis queridos lectores, “la idea es esa”. es decir, no importa si lo que se aprueba o reprueba es correcto, mucho menos decir que es ético, porque lo que cuenta es que la idea sea aquella que conviene a los amiguitos y amiguitas de los que ostentan el poder. Sorprende en demasía y preocupa grandemente, que no sepamos hacerles frente a las irregularidades que se nos sugieren o solicitan cuando ejercemos algún cargo. Digo sorprende, porque se supone que una de las cosas propias de ostentar un cargo, sobre todo cuando se trata de la más alta magistratura del Estado, es la independencia. La falta de criterio propio y la incapacidad de disentir frente a la línea de partido, ruego de nuevo me disculpen por la equivocación, la línea del líder, cada día nos hunde más y la esperanza desaparece.
Pero volviendo al Chapulín Colorado, me doy cuenta de que estos políticos nuestros, sobre todo los dueños de los partidos políticos nos ven la cara prácticamente todos los días. Y aquella otra frase famosa de nuestro héroe de rojo y amarillo la saben aplicar de manera extraordinaria: “¡no contaban con mi astucia!”. Pero la verdad, ustedes los dueños de los partidos políticos entiendan, con lo que no contamos desde hace mucho tiempo es con su honestidad y no contamos, tampoco, con la verdad salida de sus palabras.
Así que concluyamos nuestro recorrido por la fraseología del Chapulín y completemos la frase que quedaba inconclusa: “síganme los buenos…” pues sí, los buenos para delinquir, engañar y seguir como si nada.