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miércoles, julio 9, 2025
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Zafarrancho en el Congreso: comparecencia del CNE termina entre gritos, botellas, insultos y acusaciones

La presidenta del Consejo Nacional Electoral, Cossette López, denunció presiones políticas, ataques personales y sabotaje institucional en medio de una caótica sesión que evidenció la crisis en torno al proceso electoral.

TEGUCIGALPA, HONDURAS.

Lo que se esperaba fuera una jornada de alto nivel institucional en el Congreso Nacional terminó este martes en un bochornoso episodio de gritos, insultos, empujones y acusaciones cruzadas entre diputados, colectivos y consejeros del Consejo Nacional Electoral (CNE).

La comparecencia de los tres consejeros del CNE ante el pleno legislativo —Cossette López, Ana Paola Hall y Marlon Ochoa— terminó convertida en una muestra cruda de la crisis política que envuelve al órgano electoral de cara a los comicios primarios de 2025.

Desde el inicio, la presidenta del CNE, Cossette López, lanzó un fuerte mensaje institucional: “Los caprichos personales no pueden estar por encima de la democracia… El CNE no es una oficina de trámite de ningún partido político”, advirtió en su intervención ante los legisladores, denunciando presiones internas, deslegitimación del proceso y ataques contra su integridad profesional.

López reveló dos hechos inéditos este año: el secuestro de material electoral en centros de votación del Distrito Central durante los comicios primarios, y el reciente bloqueo a la recepción de ofertas para procesos técnicos del organismo. 

Aseguró que, pese a las dificultades, el CNE sigue trabajando por un proceso limpio y verificable, e hizo un llamado directo a la clase política:

“El respeto a la autonomía del juicio y a la soberanía popular obliga a que los perdedores muestren entereza y los ganadores humildad… Eso debe aprenderlo el joven Marlon Ochoa”, dijo López, aludiendo a su colega, quien ha cuestionado la validación humana de actas con inconsistencias.

Colectivos interrumpen la sesión

Mientras la consejera exponía, en paralelo ingresaron al Congreso miembros de colectivos del partido Libertad y Refundación (Libre), encabezados por Naveshna Rovelo, esposa del diputado oficialista Fabricio Sandoval. 

Aunque su entrada fue pacífica, minutos después comenzaron a gritar e insultar a las consejeras, ocupando incluso curules de diputados, en un claro irrespeto al protocolo legislativo.

Pese al llamado al orden por parte del presidente del Congreso, Luis Redondo, y la orden de desalojo a los presentes no acreditados, el caos se apoderó del hemiciclo. 

Diputados del Partido Nacional y del Partido Liberal intentaron acercarse para respaldar a las consejeras López y Hall, pero fueron bloqueados por una valla de seguridad privada.

La tensión escaló al punto que, tras un intercambio verbal, los diputados Ramón Barrios (Libre) y Jorge Cálix (Liberal) terminaron a los golpes, lo que desató un tumulto mayor en el salón de sesiones.

Una salida entre la violencia y la impunidad

Ante la violencia verbal y el caos, las consejeras Cossette López y Ana Paola Hall se retiraron del hemiciclo, mientras los insultos y la desorganización continuaban.

Pese a no haberse retomado el orden, el consejero Marlon Ochoa tomó la palabra —rompiendo el orden previamente anunciado por Redondo— y desde su curul, resguardado por seguridad privada, acusó directamente al bipartidismo de preparar un fraude en las elecciones de noviembre.

En un gesto que fue calificado como violencia política, Ochoa lanzó un ataque personal contra López al decir:“¿Le hace falta alguien que está preso fuera del país?”, en aparente alusión a vínculos familiares o políticos, comentario que generó indignación en varios sectores.

Sesión suspendida bajo tensión

La consejera Ana Paola Hall no pudo exponer, y finalmente la sesión fue suspendida.

Los colectivos de Libre abandonaron el recinto gradualmente, pero los diputados de oposición salieron bajo estrictas medidas de seguridad, cerrando así otra jornada marcada por la confrontación, la falta de respeto institucional y el deterioro del diálogo político.

La pregunta planteada por Cossette López antes de ser interrumpida sigue resonando: “¿Queremos elecciones el 30 de noviembre?”

La respuesta, por ahora, parece ahogada entre gritos y empujones en un Congreso cada vez más alejado del consenso.

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