TEGUCIGALPA, HONDURAS.
La exprimera dama Ana García de Hernández (2014-2022) exigió este lunes que el analista Raúl Pineda Alvarado demuestre y explique de dónde sacó la información que la fortuna de su familia ronda los tres mil millones de dólares, 75 mil millones de lempiras.
García de Hernández emitió este lunes un pronunciamiento para referirse a los bienes adquiridos por su familia y la información que trascendió el fin de semana en los medios de comunicación.
El fin de semana, el analista Raúl Pineda Alvarado dijo que un grupo de investigadores de Estados Unidos le confiaron que la fortuna del expresidente Juan Orlando Hernández rondaría los tres mil millones de dólares (75 mil millones de lempiras).
En ese sentido, consideró que la intención de difundir este tipo de información es parte de una estrategia maliciosa para manipular la verdad y desviar la atención de los hechos reales.
Respondió que es falso que los bienes adquiridos sean parte de una fortuna, sino que lo fueron consiguiendo de manera legal mediante el trabajo y esfuerzo de la familia en los últimos 30 años.
Además, agregó que su esposo obtuvo una herencia de parte de su padre que son bienes inmuebles en el municipio de Gracias, departamento de Lempira.
Sostuvo que todos estos bienes fueron inscritos en el Instituto de la Propiedad (IP), se presentaron la declaración en el Tribunal Superior de Cuentas (TSC) y que son parte del patrimonio de la familia.
En el caso de Pineda Alvarado, exhortó que si no puede demostrar de dónde sacó esa versión, que se retracte públicamente, sino ejercería acciones legales.
La exprimera dama consideró que estos ataques provienen de los “mismos grupos oscuros” y del crimen organizado que ha generado un linchamiento público en contra de su familia.
Recordó que estos bienes han sido sometidos a un proceso judicial de privación de dominio a raíz de la extradición de su pareja desde el 1 de abril de 2022.
Finalmente, exhortó a los medios de comunicación que verifiquen las fuentes fidedignas de la información y no caer en campaña de desinformación o desprestigio.