FRANCISCO MORAZÁN, HONDURAS.
“Fue duro”, expresa doña Octavila Carranza, sobre su padecimiento de la enfermedad renal, yo pensé que “iba hacer una diálisis pasajera e iba a estar buena, y no, fue por el resto de mi vida”.
A la vez, dijo “se puede vivir, pero hay que llevar todo como lo indica el médico, porque anda menos toxinas y cuando uno se cuida también se siente lo normal, como que está sano”
“Gracias a Diálisis de Honduras estoy viva, por el tratamiento que me han dado”, indicó.