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sábado, noviembre 23, 2024
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Ana García de Hernández, envía carta al Juez Kevin Castel, a pocos días de la sentencia de JOH 

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Luego de que el expresidente Juan Orlando Hernández enviara una carta al juez Kevin Castel, alegando que su proceso judicial en Estados Unidos está lleno de contrariedades e injusticias, su esposa Ana García también ha enviado un escrito, en el cual denuncia el trato injusto recibido por su esposo durante el juicio en el que fue hallado culpable de tres cargos. 

La ex primera dama señaló que el juicio estuvo plagado de irregularidades y que a Hernández no se le permitió una defensa adecuada.

En la misiva, Ana García afirmó que su esposo ha sido tratado como «un prisionero de guerra aislado en una celda para terroristas». 

Acusó al juez Castel de dejar a Hernández en «indefensión» al negarle la oportunidad de presentar testigos expertos que podrían haber aportado pruebas cruciales para su defensa. La misiva fue enviada días antes de que se dicte la sentencia contra el exmandatario, en la que la defensa ha propuesto un castigo de 40 años de prisión.

García expresó en su carta: “Fue un proceso donde prevaleció la injusticia que terminó condenando a un inocente. 

Y eso Señor Castel lo vio Dios, sus pensamientos y sus manipulaciones, Él las conoce”. 

Añadió que la familia ha sufrido mucho ante tanta injusticia, pero que confían en Dios para hacer justicia. 

Criticó que los testimonios de delincuentes hayan tenido más peso que las pruebas y evidencias que no se permitieron en el proceso, las cuales, según ella, demostraban el compromiso de Hernández con la seguridad y paz en Honduras.

La ex primera dama también acusó a Castel de negarle a Hernández el derecho a utilizar información clasificada de reuniones con agencias como la CIA y la DEA, que podrían demostrar su inocencia. 

Manifestó que es inconcebible que el juez permitiera que una testigo de la DEA mintiera sobre cifras del tráfico de drogas, contradiciendo informes oficiales del propio gobierno estadounidense. 

García afirmó que Castel basó sus instrucciones al jurado en aseveraciones incorrectas de la fiscalía, sin corregir los errores.

Finalmente, Ana García expresó su preocupación de que Castel será «cruel» en la sentencia contra su esposo. Acusó al juez y a los fiscales de actuar con orgullo por la injusticia cometida, y expresó que la situación es extremadamente difícil para su familia y su nación. 

En su misiva, García destacó que el sistema judicial estadounidense ha premiado a los delincuentes que dirigen los carteles de la droga y reiteró que las acusaciones contra Hernández se basan en motivos geopolíticos y no en pruebas materiales. 

Concluyó diciendo que la lucha por la justicia para Juan Orlando continúa, denunciando las violaciones a los derechos humanos que, según ella, su esposo ha sufrido.

Tegucigalpa, Honduras
Honorable
Juez Kevin Castel

Mi nombre es ANA ROSALINDA GARCÍA CARÍAS, soy hondureña, abogada y notaria, orgullosa esposa de Juan Orlando Hernández Alvarado y madre de tres hijos y abuela de una hermosa nieta.

Conozco a mi esposo Juan Orlando desde el año de 1988 cuando éramos compañeros en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en la Facultad de Derecho. Nos casamos el 3 de febrero de 1990 hace ya 34 años y desde entonces hemos tenido una familia bendecida por Dios, unida, estable, donde nos amamos y respetamos unos a otros.

Juan Orlando tenía 21 años y yo tenía 20 años cuando nos casamos, éramos jóvenes y nos amamos desde el primer día, Dios nos unió en matrimonio, como lo dice su palabra en el libro de Mateo 19: 5-6: 5 y dijo: “Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 

6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” Y así ha sido para nosotros, siempre nos hemos apoyado en cada una de nuestras metas personales, familiares, profesionales, siempre juntos. Somos una familia cristiana, con mucha fe y valores morales y familiares arraigados.

Desconozco su vida familiar señor Castel, pero en mi experiencia de vida nadie conoce mejor a un esposo que a su esposa. Por lo tanto puedo pararme frente al mundo, a usted y a cualquier funcionario o presidente de los Estados Unidos y decir alto y claro que mi esposo Juan Orlando Hernández Alvarado es INOCENTE de cada uno de los cargos que le fueron presentados injustamente.

He sido testigo de su arduo trabajo, de su compromiso, determinación siempre y durante sus años como presidente me consta su determinación por recuperar la paz y seguridad en Honduras, su lucha por llevar una vida mejor a millones de familias, por traer inversión y desarrollo a nuestro país.

Le adjunto un boletín de sus logros como Presidente de Honduras. Como profesional del derecho que soy, analice y estudie las vergonzosas acusaciones que la justicia de su país presentó contra un hombre honorable como es mi esposo Juan Orlando y que han dañado nuestra familia y a nuestro país.

Puedo asegurarle que en mi país Honduras jamás, nunca hubieran prosperado acusaciones basados en chismes y mentiras más que evidentes que fueron preparadas por la fiscalía para que cada testigo que presentaron, que tiene interés en obtener una carta 5K para su libertad o en quedarse viviendo en USA, además de vengarse de mi esposo por haber desmantelado, desarticulado sus carteles de drogas que tanta muerte y violencia traían a Honduras antes que Juan Orlando llegará a la presidencia en el año 2014.

Esos testigos que la DEA y la Fiscalía prepararon para asesinar el carácter de mi esposo y presentarlo como delincuente, son en realidad los verdaderos narcotraficantes, asesinos confesos de cientos de hondureños, muchos de ellos a quienes torturaron a sangre fría.

Señor Castel, siempre me preguntare si uno de esas personas asesinadas por Devis Leonel Rivera Maradiaga, Alexander Ardón y los demás delincuentes testigos cooperadores de la fiscalía hubiera asesinado a un ciudadano norteamericano, el sistema de justicia les hubiera creído igual.? O cómo se siente usted al saber que en poco tiempo esos delincuentes podrían llegar a ser sus vecinos y llenar de drogas, muerte y violencia su propio vecindario.

No es justo lo que hicieron contra mi esposo, fue tratado como un prisionero de guerra aislado en una celda para terroristas bajo el proceso que usted dirige. Usted mismo dictó órdenes que luego usted mismo ignoro, como por ejemplo el plazo para que la fiscalía presentará toda la supuesta información material 3500 que tenían contra mi esposo, usted dijo 60 días antes del inicio del juicio debían presentarla, no lo hicieron y usted permitió el irrespeto a sus mismas disposiciones.

(En Honduras un juez nunca lo permitiría) usted le negó a mi esposo su derecho a cambiar de abogado como él se lo pidió en una audiencia
al denunciar que el abogado Colón no había trabajado en la defensa por estar enfermo, también le dijo que la defensa había sido infiltrada por la DEA y usted no hizo nada.

Hasta después, por que la fiscalía se lo sugirió, usted se vio obligado a nombrar un abogado designando al Abogado Renato Stabile quien le pidió en reiteradas ocasiones que le diera más tiempo para prepararse y usted de manera arbitraria y con perjuicio contra mi esposo no lo permitió.

No dio el plazo solicitado, aunque estoy casi segura que si la fiscalía se lo hubiera pedido usted inmediatamente lo hubiera hecho, pues en el proceso siempre se vio una inclinación a obedecer a la fiscalía. Usted dejó a mi esposo en indefensión, no le permitió ejercer un verdadero derecho a defenderse negando incluso que presentara testigos expertos. Fue un proceso donde prevaleció la injusticia que terminó condenando a un inocente.

Y eso Señor Castel lo vio Dios, sus pensamientos y sus manipulaciones Él las conoce. Nuestra familia ha sufrido mucho ante tanta injusticia, pero confiamos en Dios que nos hará justicia. 

Es una burla, una ofensa a Juan Orlando, a nuestra familia y a nuestra nación, que los testimonios de delincuentes pesen más que todas las pruebas y evidencias que usted no permitió que entraran al proceso donde se demuestra el compromiso de Juan Orlando para devolver la seguridad y la paz a nuestra nación.

Negó a mi esposo el uso de la información clasificada, todas las reuniones que Juan Orlando sostuvo con agencias como la CIA, la DEA y que seguramente mostraban la inocencia de Juan Orlando pues toda esta información contradice la tesis de la fiscalía.

Señor Castel estoy segura que usted no conoce Honduras, no conoce la situación que vive nuestra nación y ante la cual mi esposo Juan Orlando se enfrentó con valentía, dedicación y compromiso para vencer la maldad de esos carteles de la droga. Y no lo hizo solo, lo hizo de la mano de funcionarios del gobierno de Honduras y del gobierno de Estados Unidos, desde presidentes como Barack Obama, Donald Trump, Joe Biden, alto funcionarios del Departamento de Estado, Departamento de Justicia, la DEA, La CIA, INL, DHS, del Comando Sur, como el General John Kelly, Tidd Kurt, y otros más.

Todos ellos en privado y público reconocieron la extraordinaria labor de Juan Orlando y su gobierno para reducir el tráfico de Drogas por Honduras.

Entonces, cómo es posible que usted permitiera ante su vista y paciencia que la testigo de la DEA Jennifer Taul mintiera sobre las cifras de un supuesto aumento del tránsito de la droga, cuanto toda la evidencia documental de los mismos informes del gobierno de su país dicen lo contrario. Usted mismo dio instrucciones al jurado basadas en aseveraciones incorrectas de la fiscalía y no quiso enmendar su error.

En esta carta quiero dejar claro, que lo que ustedes como sistema de justicia han logrado es premiar a los delincuentes que dirigen los carteles de la droga que la misma DEA permite que ingrese a los Estados Unidos, pues a partir de lo que le hicieron a mi esposo ningún país querrá enfrentar a esos delincuentes o trabajar con la DEA y como evidencia le adjunto dos reportaje del medio Insight Crime donde señala como ahora en Honduras las incautaciones de drogas han bajado y han dejado de destruirse pistas ilegales.

Hoy nuevamente, mi país es un país lleno violencia a causa del narcotráfico. 

Mi esposo ha sido víctima de una persecución política, donde la justicia ha sido usada e instrumentalizada en contra de un inocente.

Las verdaderas razones por las que mi esposo fue acusado no son por que sea un co-conspirador, eso es lo más estúpido que alguien que conoce a Juan Orlando pueda pensar de él. Jamás, nunca, la mayoría del pueblo hondureño hoy reconoce que el país más desarrollado del mundo no pudo presentar pruebas materiales, evidencia real, como grabaciones, videos, récords financieros, ninguna prueba científica. Nada, nada.

El país con la mejor inteligencia en seguridad no presentó nada. Es absurdo, es cruel, es una tremenda injusticia. Y hoy quiero decirle porque. 

Porque no tienen nada contra Juan Orlando, todo se basa en una negociación geopolítica, donde sectores oscuros de la DEA que tenían control del tráfico de drogas en la región no estuvieron de acuerdo con las políticas que implementó mi esposo, como por ejemplo la Ley que permite el derribo de aviones civiles que transitaban de manera irregular con operaciones ilícitas por el país cargando droga, porque altos funcionarios del gobierno de los Estados Unidos dijeron que en esos aviones podrían ir agentes de la DEA.

Otra razón que motivó esa persecución política es la construcción del aeropuerto civil de Palmerola donde los Estados Unidos por años han tenido en Honduras una base militar. El día 26 de junio usted ha fijado la fecha en que se dará a conocer la pena contra mi esposo, y creo que usted será cruel en su sentencia, pues desde hace mucho tiempo en su mente ya había juzgado a mi esposo y lo había condenado. Para usted y los fiscales son estrellas que se ponen en su pecho con orgullo por la injusticia que han cometido.

Para nosotros como familia y como nación es muy triste, duro, difícil. Para la región significa la pérdida de la guerra contra el narcotráfico, ningún presidente de los países de Latinoamérica volverá a confiar en un sistema tan injusto que permite que los delincuentes se venguen de los inocentes. Pero nuevamente lo digo, Dios nos hará justicia.

Allí donde el hombre comete injusticia, DIOS TRAE JUSTICIA. LO REPITO, MI ESPOSO JUAN ORLANDO ES INOCENTE, USTEDES HAN COMETIDO UNA GRAN INJUSTICIA. Como familia seguiremos siempre apoyando a Juan Orlando en el proceso legal que todavía tenemos al frente. Estoy segura que la justicia prevalecerá y el volverá a su nación y a nuestra familia.

Nuestra lucha continua, para decirle al mundo que Juan Orlando es inocente, y que las injusticias no terminan, para muestra hace poco a pesar de estar lesionado de su pierna, estuvo más de 10 días sin asistencia médica. Increíble en el país que se encarga de señalar al mundo las violaciones a los derechos humanos que consideran los demás comente, no ven todas las violaciones que allí mismo cometen.

Juan Orlando es inocente y ha sido condenado injustamente. El Volverá. Mateo 4:22 Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz. Juan 8:32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

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