La financiación por parte de los países ricos para la adaptación y la mitigación de los devastadores efectos de la crisis climática en las naciones más vulnerables no es suficiente y se sitúa aún entre cinco y diez veces por debajo de lo necesario, SEGÚN alertaron este jueves las Naciones Unidas.
El Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), con sede en Nairobi, hizo esta advertencia en la séptima edición de su «Informe sobre la Brecha de Adaptación», titulado este año «Demasiado poco, demasiado lento: el fracaso de la adaptación climática pone al mundo en riesgo».
«Los esfuerzos globales para la planificación, financiación e implementación de la adaptación no están a la altura de los riesgos crecientes», según el estudio, publicado antes del inicio el próximo domingo en Egipto de la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP27), principal foro político para afrontar esta crisis.
De acuerdo al PNUMA, la financiación conjunta para impulsar estas medidas en países pobres en 2020 quedó 17.000 millones de dólares (más de 17.100 millones de euros) por debajo de los 100.000 millones dólares anuales (unos 100.990 millones de euros) prometidos por las naciones ricas.
La mitigación se refiere a los medidas para reducir o evitar las emisiones de gases invernadero -desde la planificación urbana hasta nuevos tipos de hornillos para cocinar-, mientras la adaptación incluye las diferentes respuestas para hacer frente a los efectos del cambio climático.
«El mundo debe reducir urgentemente las emisiones de gases invernadero para limitar los impactos del cambio climático. Pero también debemos aumentar urgentemente los esfuerzos para adaptarnos a los impactos que ya están aquí y los que llegarán», dijo la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen, en un comunicado.
Según el informe, al menos el 84 % de los 197 países firmantes de la Convención Marco de la ONU frente al Cambio Climático (CMNUCC) cuentan ya con planes, leyes y políticas de adaptación, lo que supone un 5 % más que el año pasado.
Asimismo, un tercio de las partes de la CMNUCC ha establecido objetivos «cuantificados» y «sujetos a plazos», mientras alrededor del 90 % de las medidas analizadas en el informe incluyen la perspectiva de género y tienen en cuenta a grupos discriminados, como los pueblos indígenas.
A pesar de estos progresos en la buena dirección, el PNUMA advierte que «se necesita una aceleración significativa si se quiere doblar la financiación de 2019 para 2025, como establece el Pacto Climático de Glasgow (Reino Unido), adoptado en la COP26 en 2021».
Según el informe, el coste anual de las medidas de adaptación necesarias alcanzará entre 160.000 y 340.000 millones de dólares (unos 161.900-344.000 millones de euros) en 2030, y entre 315.000 y 565.000 millones de dólares (318.800-571.800 de euros) en 2050.
Estos planes se centran, principalmente, en ámbitos como la agricultura, el agua, los ecosistemas y otros sectores transversales.
«No se puede permitir que crisis como la guerra en Ucrania y la covid-19 hagan descarrilar los esfuerzos internacionales para aumentar la adaptación», subrayó el PNUMA.
Esta agencia de la ONU pide una «voluntad política sin precedentes» e «inversiones a largo plazo» para asegurar que las naciones más vulnerables estén preparadas, mientras se ven golpeadas por sequías e inundaciones.
El secretario general de la ONU, António Guterres, destacó en un comunicado que «la adaptación debe ser tratada con una seriedad que refleje el valor igual de todos los miembros de la familia humana».
La semana pasada, el PNUMA alertó en otro estudio, el «Informe sobre la Brecha de Emisiones» de 2022, de que la falta de avance para reducir las emisiones de gases invernadero puede causar un aumento en la temperatura de la Tierra de 2,8 grados centígrados respecto a la era preindustrial de aquí a final de siglo, por encima de los 2 o, idealmente, 1,5 que establece el Acuerdo de París (2015).
Con información de EFE