TEGUCIGALPA, HONDURAS.
La subsecretaria de Seguridad, Julissa Villanueva admitió este jueves que el delito de la extorsión se ha disparado en el territorio nacional.
Este flagelo afecta a comerciantes, transportistas y empresarios, entre otros sectores, el mismo, en la mayoría de ocasiones involucra a las maras y pandillas.
“La extorsión y micro tráfico está vulnerando la paz y convivencia de los hondureños”, señaló la funcionaria a una cadena radial capitalina.
Sin embargo, añadió que buscan repotenciar las unidades especializadas en combatir este delito que afecta a millones de hondureños desde hace décadas.
A criterio de Villanueva, se han presentado escenarios que limitaron las acciones, mismas que pusieron la imagen de las instituciones de seguridad bajo una percepción negativa.
“Creo yo que está claro, que tanto la extorsión como el ciberdelito son temas de prioridad debido a la zozobra y estrés que está generando en la población”, manifestó.
En tal sentido, admitió que “la extorsión se ha disparado, no lo vamos a negar, claro que sí, en este momento tenemos presente eso y debe haber una estrategia que vaya más allá de resultados empobrecidos”.
En consecuencia, mencionó que la ciudadanía en la nación centroamericana quiere resultados oportunos y rápidos que no generen más especulaciones. “Se trabaja en eso”, concluyó.
Las autoridades atribuyen buena parte de la criminalidad en el país a grupos del crimen organizado, el narcotráfico y las pandillas, esta última, es uno de los principales protagonistas en el flagelo de la extorsión.
Honduras figura entre los países que tienen los índices de violencia más altos del mundo, con un promedio de entre 10 y 13 asesinatos al día, atribuidos a diversos motivos, según datos.
El criminólogo hondureño, Gonzalo Sánchez, estima que los comerciantes pagan alrededor de 5 mil millones de lempiras anuales a los extorsionadores.
