TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El colectivo lesbiana, gay, bisexual, transexual e intersexual (LGBTI) está «desprotegido» frente a la violencia en Honduras, donde al menos 46 miembros de esa comunidad fueron asesinados este año y su principal agresor es el Estado, denunciaron estos jueves activistas.
«Estamos preocupados por el aumento de la violencia, nos ubicamos en una condición de mayor vulnerabilidad y desprotección», dijo a EFE el cofundador de la Asociación LGBTI Arcoíris, Donny Reyes.
Los últimos 13 años han sido «terribles» para la diversidad sexual y el estado de excepción puesto en marcha en noviembre pasado en 162 barrios de Tegucigalpa y San Pedro Sula, las dos ciudades más importantes del país, «ha complicado la vida de muchas compañeras que ejercen el trabajo sexual o que viven de la economía informal», señaló.
«Hablar de violencia en la comunidad es hablar de muerte, luto, más de 45 familias enlutadas este año, es terrible, no sabemos qué pasa, hay un discurso inclusivo, de respeto a derechos humanos, pero la práctica es otra», subrayó Reyes.
IMPUNIDAD E INDEFENSIÓN SIGUEN EN AUMENTO
Los niveles de impunidad y de indefensión de la comunidad LGBTI «siguen en aumento», aseguró el activista, quien expresó su preocupación por la «desprotección» hacia los miembros del colectivo.
«Este año se parece al del golpe de Estado (2009 al entonces presidente hondureño Manuel Zelaya) por la violencia contra las personas LGBTI, con más de 46 muertes violentas, todas en la impunidad, sin que a nadie le importe, eso es alarmante», enfatizó.
Reyes insistió en que «estamos desprotegidos» los miembros LGBTI en Honduras, donde no existe una política de protección social dirigida a esta comunidad y no hay ninguna acción para mejorar las condiciones de vida, empleo y servicios de salud y educación de este colectivo.
Pidió a la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, que «voltee a ver a los grupos desprotegidos» porque los miembros LGBTI son «ignorados» por sus ministros.
Muchas de estas personas emigran de Honduras por su orientación e identidad de género, reciben insultos, rechazos, expulsión de la casa, son víctimas del crimen organizado, trata y explotación, añadió.
El Estado es el «principal perpetrador» de la violencia contra esta comunidad por tener una «política permisiva» que «no castiga ni responsabiliza a ningún criminal y permite la discriminación», denunció Reyes.
Lamentó que “no hay voluntad” del Gobierno hondureño para legislar a favor del reconocimiento legal de la identidad de género, una propuesta que las organizaciones LGBTI presentaron ante el Parlamento, sin que hasta ahora siquiera se llegue a discutir, y pidió a los funcionarios que “dejen la doble moral”.
PERSISTE VIOLENCIA CONTRA LGBTI
La violencia física, psicológica e institucional contra las personas de diversidad sexual y la discriminación son males que persisten en Honduras, aseguró a EFE Kevin Ramos, activista del Centro para el Desarrollo y la Cooperación LGBTI.
Ramos espera que 2023 sea un «año de lucha» a favor de esta comunidad, cuyos miembros a veces se ven obligados a desplazarse internamente por su orientación sexual e identidad de género.
Las autoridades hondureñas deben capturar y enjuiciar a los autores materiales e intelectuales de los asesinatos, señaló el activista, quien afirmó que Honduras sufre una violencia generalizada.
Ramos destacó la importancia de retomar el Estado de derecho, garantizar la universalidad de los derechos humanos y erradicar los prejuicios, el estigma y la violencia que afecta a este colectivo.
Ambos activistas coinciden en que la educación es clave en Honduras para erradicar la discriminación y la violencia por orientación o identidad sexual y de esa forma se puedan garantizar los derechos de esta comunidad.
Con información de EFE