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martes, diciembre 3, 2024
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Corea del Norte lanza otros seis misiles; van por lo menos 23 en las últimas horas

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Uno de los misiles atravesó la línea de demarcación marítima por primera vez tras el fin de la guerra.

Las autoridades norcoreanas hicieron saltar nuevamente todas las alarmas con el lanzamiento de al menos 23 de misiles balísticos y la realización de un centenar de disparos de artillería en las últimas 24 horas.

Pyongyang vulneró abiertamente este miércoles la línea de demarcación en el mar de Japón en unas acciones que apuntan a un nuevo ensayo nuclear de cara a las próximas semanas.

El Ejército de Corea del Sur alertó esta mañana que se detectaron otros seis lanzamientos de misiles tanto hacia el mar del Este como hacia el mar Amarillo, entre los que se encuentran varios proyectiles tierra-aire.

Estos lanzamientos, que se suman a los realizados previamente y que incluyen 17 misiles, fueron llevados a cabo en tan solo diez horas y suponen una violación del acuerdo militar alcanzado entre las dos Coreas y una vulneración de la línea de demarcación marítima en disputa en el mar Amarillo.

Cuatro de los misiles fueron lanzados desde las zonas de Jeongju y Pihyeon Gun, en la provincia de Pyongan, en el norte del país, según informaciones de la agencia de noticias Yonhap.

Posteriormente, Pyongyang disparó otros tres misiles desde Wonsan, que se vieron seguidos de otros diez misiles tierra-aire lanzados desde Nakwon, en Jeongpyeong, lo que llevó a las autoridades surcoreanas a autorizar el lanzamiento de tres misiles balísticos hacia el mar de Japón con el objetivo de disuadir a las fuerzas norcoreanas.

Seúl condenó inmediatamente el aumento de la tensión, especialmente después de que uno de estos misiles cayera a tan solo 60 kilómetros de su costa. Así, acusó a Pyongyang de violar los pactos militares y ordenó al Ejército permanecer altera.

Los militares consideran las últimas acciones norcoreanas como una “clara provocación, lanzada cerca de aguas territoriales surcoreanas al sur de la línea de demarcación marítima”, algo que pone en tela de juicio “la estabilidad y la paz en la península de Corea”.

Es por ello que las Fuerzas Armadas aseguraron que “mantendrán una postura de prevención para responder cuando sea necesario y garantizar la seguridad del pueblo surcoreano ante cualquier tipo de provocación mientras se analiza la cooperación con Estados Unidos” y otros aliados.

En este sentido, Seúl lamentó que el acuerdo militar intercoreano haya resultado ser “inútil” dado que los lanzamientos de ambas partes incluyeron el cruce de misiles sobre la línea de delimitación establecida. El pacto suspendía por completo cualquier acción hostil entre ambos países en un intento por evitar “enfrentamientos militares accidentales”.

El presidente de Corea del Sur, Yoon Seok Yeol, convocó una reunión de emergencia del Consejo Nacional de Seguridad y pidió una respuesta “contundente” ante cualquier “intento significativo de invasión del territorio”.

Por su parte, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, confirmó que el país ya presentó una nota de protesta ante la Embajada norcoreana en Pekín y recalcó que Pyongyang está actuando a un “ritmo sin precedentes”, algo “inaceptable”.

Kim Jong Un ha insistido en reiteradas ocasiones en que el programa balístico norcoreano se enmarca en la legítima autodefensa y la idea de “estar listos para movilizarse en toda su capacidad” en caso de ataque externo.

El líder norcoreano sigue acusando a Estados Unidos de tratar de “demonizar a Corea del Norte” para justificar sus políticas e insiste en que las medidas tomadas por Washington contra el país son puramente “ilegales y hostiles”.

Kim sostiene que la actitud del país norteamericano empuja a Corea del Norte, víctima de acciones “peligrosas” que la colocan en un lugar comprometido, a un paso del conflicto bélico, si bien las autoridades estadounidenses insisten en que se trata de un “pretexto” para “nuevas provocaciones”, según el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.

Las políticas impulsadas por Yoon, que aboga por afianzar la alianza con Estados Unidos y dan un nuevo significado al llamado ‘Kill Chain’, el sistema de Seúl pensado para “arrasar” Corea del Norte en cuestión de minutos si fuera necesario, han provocado un aumento de la tensión.

El plan incluye un sistema de defensa aérea para acabar con los misiles balísticos del enemigo, un protocolo a gran escala para atacar Pyongyang y una serie de ataques decisivos que supondrían la muerte de los principales dirigentes del país, incluido Kim Jong Un. No obstante, la idea radica principalmente en evitar siquiera el lanzamiento de los misiles en cuestión desde el lado norcoreano.

Muchos consideran que Corea del Norte se está preparando para llevar a cabo su séptimo ensayo nuclear desde que celebrara el último en septiembre de 2017.

(Con información de Europa Press y Aristegui Noticias)

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