TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga expresó este lunes su profundo pesar por la muerte del papa Francisco, de quien dijo fue “un ser muy querido” y “un ejemplo de entrega y trabajo”.
No obstante, Rodríguez dijo sentir esperanza cristiana por el simbolismo de que el fallecimiento del Pontífice haya ocurrido en el tiempo de la Pascua de Resurrección.
«Lógicamente hay un gran pesar, porque el corazón humano siempre siente la separación de un ser querido. Y el Santo Padre Francisco ha sido un ser muy querido para mí», manifestó Rodríguez. Sin embargo, añadió que «también hay un sentimiento de esperanza, porque el Santo Padre muere en la Pascua de Resurrección, que es todo un signo. Él entregó su vida completamente como el Señor Jesús, y murió, pero en la fe creemos que resucitó, ya con Cristo en la vida eterna».
«El consejo de los cardenales que yo coordiné nos reuníamos cada dos meses, así que usted puede imaginar que han sido horas y horas de convivir con un hombre de Dios» Cardenal Óscar Andrés Rodríguez.
El cardenal recordó que la última vez que vio personalmente al papa fue en octubre del año pasado, al concluir el Sínodo.
«Pude verlo y conversar mucho, tanto al principio como al final de ese mes. Y nos comunicábamos siempre por escrito. Por ejemplo, en ocasión de la Navidad», explicó. Añadió conmovido que “ahora estaba preparando un mensaje para felicitarlo por la Pascua… pero resultó ser la Pascua eterna”, señaló el religioso.
Rodríguez enfatizó que su relación con el papa Francisco no se limitaba a lo institucional si no a lo personal porque era su amigo. «A veces él me llamaba por teléfono y otras veces nos comunicábamos por correo electrónico. La última vez que hablé con él, estaba muy bien. Era un ejemplo de trabajo: comenzaba su jornada muy temprano, dedicaba bastante tiempo a la oración, pero no ahorraba sacrificios para recibir».
Recordó que “El Santo Padre me recibió a las 7:30 de la mañana, cosa que en Roma no es muy común. Su agenda era bien intensa, y todos notábamos en él ese ejemplo de entrega”, agregó.
El cardenal también relató que, más allá de las reuniones oficiales, muchas de sus conversaciones con el Papa se daban en un ambiente íntimo y familiar. “Tengo que decirle que la mayoría de mis encuentros no eran oficiales, sino que eran allá en Santa Marta, en su pequeño despacho, en un clima de confianza y con tanto espíritu de familia”, señaló el cardenal en entrevista con la cadena radial HRN, desde España, donde dijo encontrarse y desde donde se trasladará para participar en las honras fúnebres del papa Francisco.
Para finalizar, recordó con especial afecto el ambiente del cónclave en el que fue elegido el Papa Francisco. «Yo quisiera que todas las elecciones del mundo fueran como un cónclave. No es de propaganda, de ‘vota por este, vota por el otro’, es oración y discernimiento. Nos reuniríamos cada dos meses con un hombre de Dios que la Iglesia recibió por providencia divina».
Recalcó que la muerte del papa Francisco deja un vacío en la Iglesia Católica, pero también una huella imborrable de humildad, cercanía y compromiso con los más necesitados. Para el cardenal Rodríguez, su partida no marca un final, sino una Pascua eterna.
¿Cuándo murió el papa?
El Vaticano confirmó que el papa Francisco murió a las 7:35 de la mañana de este lunes, hora local, y que será velado esta noche en la capilla de su residencia.
El rito de constatación de la muerte, que será dirigido por el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell, se realizará a las 20:00 hora local (18:00 GMT).
Según detalló el maestro ceremoniero Diego Ravelli, por disposición del propio Francisco, su cuerpo será velado en la capilla de la Casa Santa Marta, y no en el Palacio Apostólico como era tradición.
Esto responde a la reforma de los ritos funerarios que él mismo promovió en el documento Ordo Exsequiarum Romani Pontificis.
Tras el velatorio, su cuerpo será expuesto a los fieles y en los próximos días se iniciará el proceso para convocar un cónclave que elegirá a su sucesor, en un plazo no mayor a 20 días.
Las campanas de San Pedro ya han anunciado la pérdida irreparable para la Iglesia católica.
El jesuita argentino, líder de la Iglesia católica desde 2013, había pasado 38 días hospitalizado por una grave neumonía. Fue dado de alta el 23 de marzo.