- El ministro Christian Duarte minimiza la desaprobación de indicadores clave —incluida la lucha contra la corrupción— y cuestiona la metodología internacional, mientras el país continúa excluido de uno de los programas de cooperación más estrictos y prestigiosos del mundo.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El Gobierno de Honduras volvió a quedar fuera de la Cuenta del Desafío del Milenio (MCC), uno de los mecanismos de cooperación más rigurosos de Estados Unidos, pero en lugar de asumir el revés con responsabilidad, el ministro de Finanzas, Christian Duarte, optó por minimizar su impacto y justificar el fracaso.
Duarte afirmó que, aunque el país no calificó, “Honduras hoy cumple 14 indicadores”, un mensaje que intenta suavizar el hecho de que la nación continúa excluida del programa debido a fallas estructurales que el gobierno no ha logrado corregir.
Un intento por relativizar la realidad
En declaraciones públicas, el ministro aseguró que la exclusión no debe verse como un golpe significativo.
Incluso comparó la MCC con otras agencias de cooperación, señalando que Honduras puede trabajar con “organismos multilaterales y gobiernos amigos”, como si el prestigio y las condiciones del programa fueran equivalentes a los de otras instituciones.
“La Cuenta del Milenio es otra de las agencias con las que puede trabajar o no Honduras, como también estaba USAID”, dijo Duarte, intentando restar importancia a la desaprobación.
Sin embargo, la MCC no es un programa más. Su metodología de evaluación es considerada una de las más estrictas en transparencia, gobernanza y desarrollo humano.
Para calificar, un país debe aprobar más de la mitad de 20 indicadores, distribuidos en tres áreas principales:
- Gobernar con Justicia
- Libertad Económica
- Inversión en las Personas
Pero el criterio más determinante —y el que Honduras volvió a reprobar— es el indicador de control de la corrupción, requisito indispensable para avanzar.
El gobierno cuestiona la metodología… otra vez
Ante este señalamiento, Duarte recurrió a un discurso repetido por otros funcionarios del oficialismo: cuestionar la validez de los organismos internacionales cuando los resultados son adversos.
Según el ministro, la metodología “no siempre es eficiente” y la evaluación de corrupción “pregunta a grupos que tienen una posición política en contra del gobierno”.
El argumento ha sido utilizado en años anteriores, pero contradice la visión de expertos independientes, quienes sostienen que la metodología de la MCC se basa en fuentes globales consolidadas como el Banco Mundial, Freedom House, Transparency International y centros de investigación académica.
Un país sin avances claros en corrupción
El ministro también aseguró que la corrupción estructural heredada de la administración pasada “se detuvo en gran medida” y que en la actual gestión “no hay grandes escándalos de corrupción”.
La afirmación contrasta con:
- denuncias públicas de contrataciones irregulares,
- falta de transparencia en fideicomisos,
- gastos sin auditoría, y
- la ausencia de una CICIH instalada en el país, una promesa central del actual gobierno.
Además, indicadores internacionales —como el Índice de Percepción de Corrupción o el Estado de Derecho de World Justice Project— muestran que Honduras no solo no ha mejorado, sino que mantiene serios retrocesos.
El discurso oficial no cambia los resultados
Pese al intento del ministro por resaltar que Honduras cumple 14 de los 20 indicadores, la MCC exige más que una lista de aciertos parciales.
La clave es aprobar los indicadores más sensibles, entre ellos corrupción, estado de derecho, libertades civiles y transparencia fiscal, áreas donde el país sigue reprobando.
Duarte insistió en que Honduras “está mejorando” y que en el futuro podría calificar. Pero lo cierto es que la exclusión de este año representa:
- pérdida de acceso a fondos de inversión directa,
- debilitamiento de la imagen internacional del país,
- retrocesos en credibilidad, gobernanza y transparencia.
El gobierno puede presumir 14 indicadores superados, pero la realidad es innegable: Honduras volvió a fracasar en uno de los estándares internacionales más críticos para medir la gobernanza.
Y mientras el oficialismo opta por justificar, relativizar y culpar a la metodología, el país sigue sin lograr el avance institucional profundo necesario para recuperar la confianza internacional.
La MCC no castiga discursos: evalúa resultados. Y según esos resultados, Honduras aún está lejos de cumplirlos.










