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miércoles, agosto 20, 2025
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“La movilización fue un grito contra el fraude y el bipartidismo”: Mel Zelaya defiende jornada del sábado

El coordinador de Libre asegura que la protesta conmemorativa reafirma la resistencia popular, pero omite autocrítica sobre las prácticas del oficialismo que hoy repiten los vicios que antes denunciaban.

TEGUCIGALPA, HONDURAS.

El expresidente Manuel Zelaya Rosales, actual coordinador general del Partido Libertad y Refundación (Libre), defendió la movilización del pasado sábado 28 de junio como una “reafirmación del rechazo al fraude, la traición y el bipartidismo político”, en el marco de la conmemoración de los 16 años desde su salida del poder en 2009, calificada por su partido como un golpe de Estado.

A través de su cuenta en la red social “X”, Zelaya sostuvo que la protesta no solo tuvo un carácter simbólico, sino que representó “la fuerza de las ideas cuando alcanzan la madurez de la conciencia colectiva”.

“El pueblo no olvida. Esta movilización fue un grito contra el fraude y el bipartidismo”, expresó el exmandatario, quien también funge como asesor presidencial en el actual gobierno de su esposa, Xiomara Castro.

Zelaya aseguró que la resistencia sigue viva y que una prueba de ello es la fuerza que, según él, ha cobrado la precandidatura presidencial de Rixi Moncada, quien acompañó la movilización y presentó denuncias ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) por un presunto fraude de cara a las elecciones generales de noviembre.

Asimismo, el líder de Libre acusó a la “derecha hondureña e internacional” de considerar al pueblo como una entelequia y de actuar bajo una lógica de ambición material desmedida. “Ellos piensan en sus intereses económicos, no en el país”, afirmó.

Sin embargo, desde distintos sectores se cuestiona el discurso de Zelaya, que a juicio de analistas ya no resiste el contraste con la realidad del gobierno que hoy lidera su partido. 

La narrativa de lucha contra el bipartidismo y la corrupción se diluye ante la falta de resultados tangibles, la baja ejecución presupuestaria, los escándalos de nepotismo y la politización de las instituciones.

“El problema no es lo que se dice, sino lo que se hace. Libre ha caído en muchas de las prácticas que antes condenaba, y eso le resta legitimidad a sus movilizaciones”, señaló un analista político que pidió no revelar su identidad.

La crítica se intensifica cuando desde el oficialismo se utiliza el lenguaje de la resistencia, mientras se gobierna con estructuras tradicionales de poder, sin avances visibles en áreas sensibles como salud, educación, transparencia y empleo.

Para algunos sectores, la movilización del sábado no fue más que un acto partidario disfrazado de memoria histórica, con fines electorales, y sin espacio para la autocrítica ni para responder a los problemas urgentes que enfrentan millones de hondureños.

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