El exvicecanciller de Asuntos Migratorios presentó su dimisión irrevocable al partido de gobierno, en una carta dirigida a Manuel Zelaya, donde advierte que la “justicia refundacional” promovida por Rixi Moncada amenaza la democracia y el Estado de derecho.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El exvicecanciller de Asuntos Migratorios, Antonio “Tony” García, sacudió el panorama político este lunes al anunciar su renuncia irrevocable al Partido Libertad y Refundación (Libre), en una carta pública enviada al coordinador general, el expresidente Manuel Zelaya Rosales.
En el escrito, García agradece las oportunidades recibidas dentro del partido, pero asegura que ya no se siente representado por la dirección ni por el rumbo que ha tomado el gobierno.
Choque con la política exterior y con Rixi Moncada
García criticó la alineación de Honduras con Venezuela en su conflicto con Estados Unidos, advirtiendo que esa postura “pone en peligro relaciones vitales para nuestra nación, nuestros compatriotas en EE.UU. y el comercio frente a posibles represalias arancelarias”.
Además, arremetió contra la candidata presidencial de Libre, Rixi Moncada, señalando que su propuesta de una “justicia refundacional” constituye “un peligro para nuestro Estado de derecho y los pilares de la democracia”.
Denuncia intolerancia y radicalización
El exvicecanciller también apuntó contra el clima interno de Libre: “Me alarman signos múltiples de intolerancia y mensajes divisionistas. Observo una radicalización que se manifiesta en una postura innecesariamente confrontativa hacia el sector empresarial, actor indispensable para la creación de empleo y riqueza”, escribió.
Más duro aún, García cuestionó a sus excompañeros por no tener independencia de criterio: “La mayoría no cuestionan ni plantean nada fuera de la línea oficial o guardan silencio por conveniencia. Simplemente son robots sin convicción propia, por no usar otro término”, sentenció.
“Un acto de principios”
El exfuncionario aseguró que su decisión no obedece a intereses personales, sino a convicciones firmes: “En un sistema democrático, la disidencia es un derecho, no un acto de traición. Un traidor no es quien es fiel a sus ideales, sino quien los sacrifica por conveniencia o privilegio”, remarcó.
La salida de García representa un golpe simbólico para Libre, en un momento donde el partido de gobierno enfrenta críticas crecientes por su rumbo político y por la polarización en medio de la campaña electoral.
