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sábado, septiembre 6, 2025
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Se cumple un año del «narcovideo»: el escándalo que salpica a Carlos Zelaya y que la justicia hondureña ignora

La grabación que mostró al cuñado de la presidenta Xiomara Castro reunido con capos del narcotráfico sigue sin investigación fiscal, reflejando la impunidad que rodea los casos de narcopolítica en Honduras.

TEGUCIGALPA, HONDURAS.

Hace exactamente un año, la política hondureña quedó en entredicho tras la difusión de un video que revelaba los vínculos entre el poder y el crimen organizado. 

La grabación, publicada por la plataforma de investigación InSight Crime, mostraba una reunión secreta de 2013 entre el entonces diputado Carlos Zelaya, cuñado de la presidenta Xiomara Castro, y los hermanos Devis y Javier Rivera, líderes del cártel de «Los Cachiros».

En el video, registrado con cámara oculta, los narcotraficantes discuten sobre contribuciones económicas a la campaña del expresidente Manuel «Mel» Zelaya y la entrega de vehículos para la campaña presidencial de Xiomara Castro en 2013. 

En la misma mesa estaban también el narco hondureño Carlos «El Negro» Lobo —ya condenado en Estados Unidos— y Ramón Matta Waldurraga, hijo del histórico capo Ramón Matta Ballesteros.

Aunque Carlos Zelaya reconoció la existencia de la reunión en su momento, negó haber recibido dinero ilícito, insistiendo en que solo trató temas logísticos de la campaña.

Un año después: impunidad absoluta

A pesar del impacto del video y de la contundencia de las imágenes, el caso se encuentra en el completo abandono. 

El Ministerio Público no ha informado sobre avances ni investigaciones formales, lo que para analistas y sectores de sociedad civil representa un nuevo episodio de impunidad en torno a la narcopolítica.

El sacerdote jesuita Ismael «Melo» Moreno calificó el hecho como un «escándalo en el limbo», cuestionando la lentitud y el sesgo de la justicia hondureña cuando se trata de figuras políticas influyentes.

La contradicción es aún más evidente al recordar que el material fue grabado por los propios hermanos Rivera como parte de su cooperación con la justicia estadounidense, que sí logró procesar y condenar a varios capos gracias a esa evidencia. 

Mientras en Estados Unidos sirvió para desmantelar redes criminales, en Honduras ha quedado enterrado.

Este aniversario, más que un recuerdo, es una advertencia: en un país donde las pruebas más claras contra el poder político pueden ser ignoradas, la lucha contra la corrupción y el narcotráfico sigue atrapada en la impunidad.

Lea información de InSight Crime:

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