FRANCISCO MORAZÁN, HONDURAS.
Este viernes, varias unidades de “buses rapiditos” de la ruta Carrizal-Reparto de la capital, han dejado de operar por miedo a los ataques por el cobro de extorsión.
Mientras otros conductores de esta ruta trabajan a medio vapor, los que han parado sus labores señalaron que viven en zozobra y con temor.
Uno de ellos dijo, “estamos buscando trabajar, debemos confiar en Dios, pero también tenemos miedo que nos quiten la vida y dejar desamparados a nuestros hijos”.
En el lugar permanecen una decena de unidades, las cuales se encuentran orilladas esperando recibir atención por parte de las autoridades de Seguridad.
Cabe señalar que, constantemente los conductores del rubro del transporte urbano e interurbano reciben amenazas de muerte por parte de al menos cinco estructuras criminales que cobran el mal llamado “impuesto de guerra”.
A mediados de esta semana un taxista fue asesinado en la colonia La Reforma de la capital, mientras que un conductor de autobús fue atacado por hombres armados en la ciudad de La Ceiba.
